En medio de un encantador paisaje montañoso se alza una peculiar villa de notable estilo británico, que contrasta con los aromas del campo mexicano a pulque y maíz; se trata de Real del Monte, Pueblo Mágico del estado de Hidalgo, que debe su belleza a un glorioso pasado minero del que solo queda el recuerdo y los túneles de las minas convertidos en museos.
El nombre actual de este cálido pueblo es Mineral del Monte, aunque al iniciar su explotación en la época del Virreinato recibió la denominación de “Real” por estar bajo el dominio de la corona española, y “del Monte” por estar rodeada de cerros y montañas. La oleada de inmigrantes ingleses del siglo XIX, que buscaban hacer fortuna en las minas de plata, imprimió su estilo en las edificaciones levantadas por ellos; debido a esto, el poblado es también conocido como “El Pequeño Cornualles”, uno de los 47 condados en los que se divide Inglaterra.
Aunque don Pedro Romero de Terreros y sus descendientes llevaban ya casi un siglo extrayendo turquesas, plata, oro, cobre y estaño en las minas de la Sierra de Pachuca, tras la huelga de 1766 y la Guerra de Independencia las minas fueron abandonadas, por lo que el propio nieto de Terreros, III Conde de Regla, recurrió a la inversión extranjera de los empresarios ingleses, quienes le dieron un aire de comunidad a la región, pues trajeron con ellos sus costumbres, sus deportes, su comida y sus inventos, como la máquina de vapor, las empanadas de carne (mejor conocidos como pastes), el tenis y el futbol, cuyos primeros partidos se jugaron en los vastos campos de este Pueblo Mágico.
Para 1826 habitaban alrededor de las minas de Guadalupe, Santa Teresa, San Cayetano, Dolores, Santa Brígida, Acosta, San Pedro y Corteza cerca de 3,500 mineros procedentes de Cornualles, que explotarían las minas hasta 1848, año en que se vendieron sus posesiones mediante la negociación mexicana con inmigrantes estadunidenses de la Compañía Real del Monte y Pachuca.
Para 1850, estas negociaciones rindieron fruto y la capital del estado vivió tal bonanza que quintuplicó su población por la llegada de nuevos trabajadores. En cuestión de cinco años fue preciso recibir a más trabajadores ingleses, sumamente experimentados en el trabajo de las minas. Sin embargo, dicha bonanza duró poco, pues en 1875 una grave crisis económica provocó que el personal extranjero fuera cada vez menor, y para principios del siglo XX la política de asociación era prácticamente inexistente.
A partir de entonces, el pueblo se ha sostenido prácticamente del turismo, el comercio de artesanías y la actividad agrícola y ganadera. Fue nombrado Pueblo Mágico por sus hermosos edificios históricos, sobre todo religiosos, y las historias que perviven en el interior de sus minas abandonadas.
Qué visitar en Real del Monte Pueblo Mágico
Para darse una idea del impacto que tuvo el pueblo inglés en el desarrollo de Real del Monte, basta darse una vuelta por el Panteón Inglés, localizado en la cima del Cerro del Judío, al que se puede llegar subiendo una calzada a partir de la mina de Dolores.
El peculiar camposanto fue inaugurado en 1851 gracias a la acción de un propietario apellidado Estafford, quien donó el terreno para enterrar ahí no solo a ingleses, sino a trabajadores de las minas que provenían de varias partes del mundo. Así, en las lápidas pueden leerse nombres irlandeses, escoceses, chinos, mexicanos, alemanes y holandeses.
Uno de los personajes más célebres que habitan esta última morada es el payaso inglés de fama mundial Richard Bell, quien arribó al país con el Circo Orrín, y posteriormente fundó su propia compañìa. Cuenta la historia que al conocer el cementerio, Bell compró una tumba, y ordenó que no fuera alineada en dirección a Gran Bretaña como el resto de las lápidas, pues en su país nunca reconocieron su talento. Bell falleció en Nueva York, y sus restos fueron trasladados a Real del Monte para cumplir su última voluntad.
Este panteón es tan importante para los cornish que ha sido visitado por miembros de la realeza británica, como el príncipe Carlos y su esposa Camila, duquesa de Cornualles, quienes acudieron a visitar la cripta del único soldado inglés enterrado en México, que peleò en la sangrienta Batalla del Somme durante la I Guerra Mundial.
Actualmente conocida como Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, la otrora Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es el punto central de este Pueblo Mágico. Sus detalles arquitectónicos delatan los tiempos de su construcción, a caballo entre tres siglos.
Los primeros muros de este recinto fueron levantados en adobe y tejamanil en 1563 por monjes franciscanos; para 1762 se reforzaron en mampostería, por órdenes de don Pedro Romero de Terreros y bajo la supervisión del arquitecto José Durán. Su torre más alta y robusta fue construida al mismo tiempo, pero en 1848 fue agregada una segunda, en cantera gris, para albergar un dorado reloj inglés, regalo de los mineros.
Se trata de una edificación más bien sencilla, aunque sobresalen su portada lateral, el balcón de la fachada frontal y la capilla de penitencias, también conocida como Santuario del Señor de Zelontla, con su sombrero de fieltro y su lámpara de carburo, santo patrono de los mineros, quien es llevado cada mes de enero en procesión por las calles de Real del Monte al ritmo de la música y los fuegos pirotécnicos, durante la Fiesta del Dulce.
Frente al complejo religioso se encuentra la Plaza Principal, que desde 1885 ostenta en su centro una bella fuente y un kiosco de hierro fundido traídos de Inglaterra, así como una estatua del cura Hidalgo. Frente a la Plaza Juárez, a unas cuadras de ahí, se puede admirar el Monumento al Minero, uno de los símbolos más representativos de la ciudad.
El segundo templo levantado por los franciscanos en Real del Monte fue la Iglesia de la Santa Veracruz, al sur de la Plaza Principal, donde en 1584 se fundó una cofradía que llegó a ser la más famosa y rica de su tiempo, ya que sus ornamentos se requerían frecuentemente para los oficios religiosos parroquiales. En su interior se conservan dos antiguos retablos dorados, de la última etapa del barroco, que representan las imágenes de Santa Anna y San Joaquín.
Subirse al turibús es el mejor modo de recorrer este poblado, pues se pueden conocer los talleres de platería de los alrededores y probar en el Museo del Paste las variedades que los pobladores han creado a lo largo de su historia, además de los tradicionales de papa con carne. En el Día del Minero, cada 11 de julio, tiene lugar el Festival de la Plata, que fomenta el desarrollo orfebre-artesanal de los plateros locales.
Lo imperdible en Real del Monte Pueblo Mágico
Los barretoneros de Real del Monte llegaron a tener trabajo en más de 140 minas de oro y plata, la mayoría de las cuales se encuentran actualmente inactivas. Algunas de ellas han sido convertidas en museos, como la de Acosta, que fue explotada desde 1727 hasta 1985, por lo que en sus túneles se pueden explorar los periodos históricos de la Colonia, el progreso inglés con la era del vapor y la llegada de la electricidad con los inversionistas norteamericanos.
La mina La Dificultad es el conjunto histórico monumental más importante del Pueblo Mágico y un valioso testimonio de las transformaciones tecnológicas vividas en México a finales del siglo XIX, no solo en Real del Monte, sino también en Pachuca, Mineral del Chico, Mineral de La Reforma, Huasca y la Sierra de la Navajas. Como uno de sus hechos más sobresalientes, esta mina albergó la máquina de vapor más potente del país, utilizada para el desagüe de los túneles con sus 580 caballos de vapor.
Un recinto cultural único en su tipo es el Museo de Medicina laboral, antiguamente conocido como Hospital del Minero, que de 1907 a 1982 brindó servicios especializados a los trabajadores de las minas y sus familias, pues solían sufrir accidentes en los túneles y con el tiempo la mayoría desarrollaba silicosis, enfermedad crónica del aparato respiratorio por aspirar polvo de sílice en enormes cantidades.
Las instalaciones de este museo están muy bien conservadas, por lo que una visita arroja mucha luz a cómo se desarrollaba la vida de los heroicos trabajadores de las vetas de oro y plata; en sus salas se puede observar equipo médico análogo al que se utiliza en la actualidad, organizado en las áreas médicas Hospitalización, Rayos X, Enfermería, Consulta médica, Rehabilitación, Ginecología, Traumatología, Ortopedia, Cirugía, Otorrinolaringología y una botica, enmarcado todo con perturbadoras imágenes y fotografías sobre las desavenencias en las minas.
Todos estos museos son administrados por el Archivo Histórico de la Compañía de Real del Monte y Pachuca, el más grande acervo especializado en minería del país. La tarea de extraer y beneficiar los minerales durante más de 300 años generó una cuantiosa información documental y gráfica que constituye el testimonio de las transformaciones políticas, económicas, tecnológicas y sociales de la región
Más allá de esta importante histórica, Real del Monte es un sitio con grandes bellezas naturales a su alrededor. Es por ello que ha sido locación de numerosas producciones televisivas y cinematográficas en el último siglo, que han quedado inmortalizadas en una serie de fotografías colocadas en el célebre Callejón de los Artistas.
Entre las maravillas naturales más socorridas en este Pueblo Mágico se encuentran El Hiloche, poblado por pinos y encinos, que lo convierten en un sitio ideal para pasear y acampar a la luz de las estrellas. En los 12 kilómetros que lo separan de la ciudad de Pachuca, existen varios miradores desde los que se puede apreciar un misterioso paisaje cubierto de neblina y verdor.
También cerca de Real del Monte se encuentran los famosos Prismas Basálticos, formaciones de piedra volcánica erosionadas por la fuerza del agua durante millones de años, que han adoptado forma de columnas verticales de cinco o seis caras, habitantes de la barranca de Alcholoya y responsables de la espectacular vista al recibir el agua de cuatro cascadas de 40 metros de altura, provenientes de la presa de San Antonio Regla.
Qué comer en Real del Monte Pueblo Mágico
Real del Monte es la cuna de los pastes, una especie de empanadas rellenas que provienen de 1824, cuando un grupo de británicos obtuvo la concesión de las minas de Pachuca y Real del Monte, y trajeron consigo este alimento, ideal para los trabajadores, que necesitaban un alimento nutritivo, fácil de comer y que se mantuviera caliente durante las horas de la jornada. Los pastes se distinguen de las empanadas por varios detalles: deben llevar una trenza en la orilla, que originalmente servía para que los mineros no los ensuciaran de tierra al comerlos; la masa debe ser flexible y no deshacerse al morderlos; y lo más importante: el relleno, elaborado con carne, papa, perejil y cebolla, se introduce crudo en la masa, y se cuece dentro de hornos de tabique rojo.
Estas diferencias son importantes porque restaurantes de mucha tradición en Real del Monte como El Portal, sirven también deliciosas empanadas, cuyos rellenos son más diversos: desde los salados de mole, rajas, jamón con queso, tinga y picadillo, hasta los riquísimos de frutas como piña, manzana o zarzamora, o postres como el arroz con leche, la nata o la crema pastelera.
Qué comprar en Real del Monte Pueblo Mágico
En este Pueblo Mágico, la plata y la madera son trabajadas exquisitamente; con estos materiales, los artesanos realizan delicadas piezas de joyería como pulseras, brazaletes, aretes y gargantillas, así como objetos decorativos. Estos y muchos otros artículos pueden conseguirse en el Portal del Comercio, en donde también existe una amplia oferta de artesanías y dulces típicos regionales.
Para dormir en Real del Monte Pueblo Mágico
Real del Monte cuenta con una amplia oferta hotelera para todos los bolsillos. Uno de sus principales hoteles es su homónimo, construido en 1824 con la llegada de los mineros ingleses, lo que lo dota de un gran interés histórico. Otra excelente opción para quedarse a seguir disfrutando de las bellezas y eventos culturales del Pueblo Mágico es el Hotel Paraíso Real, uno de los más céntricos, que ofrece paquetes y tours hacia los lugares más emblemáticos e interesantes. Por último, en el Spa Holístico Real Hotel se pueden pasar gratos días en un remanso para la relajación y el descanso.
Mas información en http://www.realdelmonte.net