La riqueza minera de Real del Monte no se comerciaba en bruto: hacía falta un delicado proceso de separación de metales, que se llevó a cabo en las haciendas del pueblo vecino, Huasca de Ocampo, actualmente convertido en Pueblo Mágico por su encanto colonial y las maravillas naturales que lo rodean, entre bosques, barrancas, prismas pétreos y un agradable clima templado.
La historia de este municipio se remonta al inicio de la conquista de México, a mediados del siglo XVI, cuando el territorio de Huascazaloya, (“lugar de regocijo o alegría” en lengua náhuatl) se le encomendó a la familia del peninsular Diego de Paz en 1558, que la administró desde Atotonilco el Grande, lo que le brindó al territorio tal autonomía que a finales del mismo siglo fue reconocido como República de Indios; evidencia de ello es la adoración en Huasca a San Juan Bautista, santo patrono recurrentemente adorado por grupos indígenas, quienes lo relacionaban con su deidad del agua y las cosechas.
En el siglo XVII, la encomienda de los Paz se dividió y las tierras de la República de Indios se convirtieron en haciendas, a cargo de don Pedro Romero de Terreros, primer conde de Regla, quien estaba muy interesado en la explotación de las minas vecinas de Real del Chico y Real del Monte.
Fue así como fundó las grandes labores mineras de San Miguel Regla, San Francisco Javier, San Antonio Regla y Santa María Regla, que debido a una mala gestión solo funcionaron hasta 1781. Para la mitad del siglo XIX, la mayoría de estos complejos industriales se encontraban abandonados, o incluso casi totalmente bajo el agua, como el de San Antonio, consecuencia de la construcción de presas en los alrededores.
No obstante, las tierras de cultivo han sido aprovechadas por la población rural, y a finales del siglo XX se hicieron varios esfuerzos para salvar las edificaciones propensas al turismo; gracias a esto, en la actualidad las haciendas de Santa María y San Miguel Regla se han convertido en lujosos hoteles resort, que reciben cada año a cientos de visitantes.
Qué visitar en Huasca Pueblo Mágico
Por supuesto, una visita a Huasca debe iniciar por sus encantadoras haciendas. Las que aún pueden ser visitadas son las de Santa María y San Miguel Regla. La primera se encuentra en el nacimiento de una gran barranca, custodiada por los enormes y fieles soldados de piedra de las formaciones basálticas y la Cascada de la Rosa, una de las trece maravillas naturales de México.
Dejando a un lado el paisaje, la hacienda en sí es una de las construcciones más impresionantes levantadas en el país durante el siglo XVIII. Su capilla alberga una importante colección de arte sacro, y resulta imperdible conocer su acueducto, la mazmorra y los laberintos secretos que se utilizaron hace muchos años para la transportación de plata y oro.
La Hacienda de San Miguel Regla fue el hogar de don Pedro Romero de Terreros, que en su tiempo llegó a ser el hombre más rico del mundo gracias a su riqueza minera. La soberbia construcción tiene más de 100 habitaciones y dos lagos artificiales, que nacieron al inundarse una parte de su extensión con la construcción de presas en los alrededores.
Precisamente por las aguas de las presas levantadas al inicio del pujante siglo XX, la hacienda de San Antonio Regla quedó totalmente sumergida y es ahora un bello lago artificial que recibe cada día a personas que llegan buscando un rato de diversión y descanso, además de paseos en lancha que los lleven a conocer de cerca una chimenea y una pequeña torre, únicos vestigios que sobrevivieron a la inundación.
Sin duda, la hacienda con más magia de Huasca de Ocampo es la Ex Hacienda de San Juan Bautista Hueyapan, pues proviene de los primeros años de la colonia española en México. Dedicada a la agricultura y la ganadería, fue construida hacia 1583 por la familia peninsular de Pedro A. Linares.
Por mucho tiempo, sus instalaciones sirvieron también para almacenar maíz, granos y la madera de los aserraderos del Chico, aunque después se convirtió en una importante productora de pulque, que llegó a transportarse hacia todo el país a través de los trenes. Actualmente, en su interior permanecen en pie la taberna, las caballerizas y una capilla.
También dentro de los muros de esta hacienda habitan numerosas historias de duendes, fantasmas y presencias paranormales que deambulan por el ambiente y cuyas historias son compartidas con gusto por los huasqueños.
Justamente, este Pueblo Mágico tiene una extensa tradición en cuanto a los pequeños entes conocidos como duendes, que deambulan en los espacios oscuros de las haciendas, en los bosques y en los senderos, esperando pacientemente para hacer travesuras. Es tal el arraigo de su leyenda, que cuentan con el Museo de los Duendes, en el que se muestran diversas evidencias de la existencia de estos míticos seres, que se han dejado ver por algunos y cuya mayor travesura es molestar a los caballos por las noches y trenzarles las crines de un modo muy peculiar.
El centro de Huasca es encantador, con su plaza principal poblada de árboles, su kiosco y su Palacio Municipal, así como el Parián, donde puede adquirirse el trabajo artesanal de los pobladores. Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, la más importante del pueblo, que data del siglo XVI y cuyo interior está decorado en madera y con numerosos óleos, que fueron traídos desde España por Romero de Terreros. El mejor modo de recorrer el centro de Huasca y sus alrededores es el tradicional tranvía.
Lo imperdible en Huasca de Ocampo Pueblo Mágico
Las bellezas naturales de este Pueblo Mágico son lo mejor para conocer al visitarlo. La más célebre son los Prismas Basálticos, formaciones de piedra volcánica erosionadas por la fuerza del agua durante millones de años, que han adoptado forma de columnas verticales de seis caras que habitan la barranca de Alcholoya y son responsables de la espectacular vista formada por cuatro cascadas de 40 metros de altura, provenientes de la presa de San Antonio Regla.
En el Parque Ecoturístico Bosque de las Truchas, en San Miguel Regla, que ofrece numerosas actividades al aire libre como saltos en tirolesa, pesca deportiva y paseos en lancha, caballo o cuatrimoto en sus lagos, manantiales, senderos boscosos y el encantador Rincón del Beso, un bello y romántico paraje que resulta ideal para las parejas que van a pasear a Huasca.
Cerca de ahí, en la comunidad de Ojo de Agua, se encuentra El Huariche, un desarrollo ejidal ecoturístico con cabañas y valles para acampar y descansar, rodeado de un bello bosque de encinos; dentro de su territorio existen todas las comodidades, como juegos, sanitarios, restaurante y tiendas, además de un impresionante paisaje.
En el Centro Vacacional Sierra Verde se pueden conocer de primera mano las historias sobre duendes en el bosque del mismo nombre, además del Bosque del Zembo, donde se pueden vivir tranquilos días de campo, pescar y comer truchas, pasar cálidas noches junto al fuego en sus cabañas, y pasar maravillosas noches bajo el manto de estrellas.
Otro buen lugar para acampar y pescar es la Presa de la Cruz, pero si lo que se busca son emociones fuertes, resulta perfecto acudir a las peñas y barrancas de los alrededores de Huasca. La primera es la de San Sebastián, en la que se puede practicar alpinismo, rappel y saltos en una tirolesa sobre un vacío de casi 50 metros.
En Peña del Aire se puede experimentar como en pocos lados la emoción de volar, pues su tirolesa aprovecha la pendiente y la velocidad del viento para brindar unos de los mejores saltos del país. Este lugar cuenta además con otras diversiones, como un campo de gotcha, rutas para senderismo y espectaculares miradores para obtener muy buenas fotografías.
Aprovechando este encanto ecoturístico, en Huasca de Ocampo se realiza el Ultra Trail de México, que cada octubre convoca a cientos de corredores a campo traviesa de todo el país; también en sus senderos y desfiladeros se realizan competiciones de ciclismo de montaña.
El mejor modo de admirar Huasca en todo su esplendor es tomando un paseo en globo aerostático al amanecer, cuando el aire es tranquilo y el azul clarito comienza a pintar el horizonte.
Las fiestas se realizan en este lugar con gran alegría: se cantan Las Mañanitas con banda y mariachi, hay palenques, charreadas y bailes populares, además de eventos deportivos y culturales, programas literario-musicales y venta de artesanías. Las principales celebraciones en Huasca de Ocampo son:
Del 3 al 8 de enero, Fiesta de Reyes. Hay juegos pirotécnicos, danza autóctona y jaripeos, así como eventos culturales y deportivos.
20 de enero, Fiesta de San Sebastián.
Procesiones en Semana Santa.
24 junio, Fiesta de San Juan Bautista.
Del 11 al 13 de diciembre, Fiestas de la Virgen. Hay antojitos y juegos mecánicos.
Qué comer en Huasca de Ocampo Pueblo Mágico
De la tradicional y exquisita cocina de Huasca, le recomendamos los pastes: empanada hecha a base de harina, manteca o mantequilla y sal, rellena de carne de res, papa y poro o cebolla. Su nombre es una degeneración de la palabra pastry, que era antaño el almuerzo de los mineros ingleses. Tampoco deje de probar los famosos muéganos.
Qué comprar en Huasca de Ocampo Pueblo Mágico
Las manos y el ingenio de las mujeres y los hombres de Huasca de Ocampo tienen para el viajante prendas de lana; jarros, vajillas y otros objetos de barro rojo; muebles de madera y de hierro forjado. Por su calle principal también se pueden encontrar varias tiendas con mostradores de roble y anaqueles en los que se ofrecen, entre otras mercancías, velas de parafina, escobas de jarcia o semillas.
Para dormir en Huasca de Ocampo Pueblo Mágico
Por supuesto, las ex haciendas de Santa María y San Miguel Regla, actualmente convertidas en lujosos resorts, son las mejores opciones para hospedarse al venir a este Pueblo Mágico. Sin embargo, existen otras opciones, para todos los bolsillos, como el Sierra Verde, que ofrece acogedoras cabañas, y el Hotel Quintaescencia, con amplias habitaciones en las que se puede descansar de las aventuras provistas por el hermoso pueblo.